La iglesia de Jesucristo ha vivido por miles de años amenazada por las influencias mundanales a pesar de la advertencia permanente del Espíritu Santo de que nos cuidemos de tal influencia. Tanto el apóstol Pablo, Pedro, Santiago, Judas y hasta el mismo Señor Jesucristo en los cuatro evangelios como en la revelación de apocalipsis nos advierten de este terrible mal que carcoma como bichos peligrosos la salud de la iglesia.
El apóstol Pablo nos habla de la gran apostasía que amenazaría el bienestar de la iglesia de Jesucristo y nos habla también, como nos habla Judas de herejías, costumbres y tradiciones perversas, que llegan y son introducidas encubiertamente. El Espíritu Santo a través de esos hombres del Señor nos habla de personas que nunca se han arrepentidos y que han estado en la iglesia todo el tiempo, tratando de imponer sus criterios y sus maneras de pensar insana.
La iglesia ha tenido que sufrir el bochorno de ver entre sus hijos a enemigos de ella misma. Jesucristo fundó una iglesia con una visión del reino incorruptible, fundó una iglesia con la mentalidad de la hermandad genuina y autentica, pero el hombre no arrepentido, el hombre carnal, ese mismo hombre del cual habla el apóstol Pablo que no puede entender ni discernir las cosas que son del Espíritu ha sido el instrumento del mismo diablo para introducir, ritos, tradiciones y costumbres que solo intentan por todos los medios impedir la obra redentora de nuestro Señor y Salvador Jesucristo aquí en la tierra. Ese hombre carnal que no solamente se encuentra en aquellos indoctos que no tienen ningún otro argumento que no sea, "así me enseñaron o así lo enseñábamos nosotros", sino que también se encuentra en ilustres hombres de las letras, hombres con grandes conocimiento de la retorica, el dominio escénico y otros medios importantes para influenciar bien o mal a las multitudes. El mayor peligro se encuentra precisamente en esos hombres carnales, a los cuales nada le importa. Ellos son los que llenan las estanterías de grandes librerías con voluminosos libros que hablan de métodos inspirado por la sabiduría humana con la influencia del maligno el cual actúa sutilmente.
Hoy vemos una iglesia que realmente ha conquistado a las multitudes; pero a qué precio? La iglesia ha tenido que someterse a muchas tradiciones mundanales, tales como la "semana santa", "la navidad y fin de años"," los nueve días y la hora santa a los muertos", " el día de los inocentes", "halloween" y otros días mas. Para calmar a hombres y mujeres de Dios que no estamos de acuerdo, estos hombres carnales han justificados sus hechos cristianizando todas estas cosas.
Celebramos "semana santa" aunque no sea la fecha en la que Cristo murió y resucitó. Quien desmontaría ese argumento? Ciertamente Cristo murió y resucitó pero; Cuál es el trasfondo de la celebración de la "semana santa"? Muchos dirían y dicen aun, "nosotros sabemos que Jesús no murió ni resucitó en esa fecha, pero tenemos que tener un día para celebrar ese memorable acontecimiento". Lo cierto es que la antigua historia, la historia universal nos revela claramente de donde procede dicha celebración.
Y no solamente la "semana santa, sino también la navidad y la celebración de fin de año. Qué le ocurre a la iglesia cuando llega esa fecha? La iglesia parece detenerse en el tiempo. Parece como si se le nublara la visión. Se involucra consciente o inconscientemente en esa manifestación mundanal. Vemos, porque somos testigo del derroche, de la carnalidad, del desenfreno, del culto a lo profano y muchísimas cosas mas que todos sabemos que no es de Dios ni puede ser de Dios. Somos testigos de que muchas personas se sumergen tan profundo en esas celebraciones, que no pueden regresar a los pies de Cristo y al seno de su iglesia aunque lo desean.
Ejemplo: En las celebraciones de navidad y fin de año, muchos de nosotros nos involucramos en lo mundanal que se nos olvida la pronta venida de Cristo. Nos apartamos y seguimos al mundo y sus deseos que tantos nos ha advertido el Espíritu Santo a través del apóstol Santiago que no debemos seguir. Seguimos la corriente mundanal y se nos abre el apetito destructor de los lujos ocasionales, las glotonerías, de las lujurias y hasta la borracheras, y todo eso nos lo a advertido el Espíritu Santo a través de la palabra revelada de que esas son obra de la carne, es decir del mismo diablo.
Pero qué podemos hacer? Qué podemos hacer nosotros los ministros en la cual me incluyó aunque sea como dijo Pablo al momento de defender su apostolado que el mismo Cristo le había dado.
Qué podemos hacer nosotros los pastores para conducir una masa, (si es que puedo llamarla así) llena de ansias de celebrar sus fiestas paganas y mundanales?
Cómo puede actuar un ministro de Dios ante una familia que quiere llevar a cabo "los nueve días y la hora santa" a su muerto aunque con la patética excusa de que es para los vecinos que no conocen a Dios?
Me parece que nosotros los ministros del Señor debemos invertir más tiempo en educar a la iglesia con claridad y precisión de lo que dice la palabra de Dios con estudios bíblicos y sin apañamiento, con oración y búsqueda de la dirección del Espíritu Santo.. Me parece que no basta la unción que nos lleva a la euforia y que debemos hablar más que lo que saltamos y vociferamos como al aire. No en el momento que muchos de nosotros quiere hacerlo, cuando ya estamos hasta la coronillas de las celebraciones de fiestas paganas, sino cuando las aguas ha llegado a su cauce, cuando ha llegado el tiempo de las meditaciones o antes de que llegue el tiempo de las manifestaciones carnales.
Nadie escucha a nadie en momento eufórico, nadie escucha a nadie en momento del bullicio y las fiestas. Ningún hermanito que no conoce la palabra acepta que se le hable en contra del "culto" que no es nada mas que "nueve días y hora santa" cuando tiene a su difunto al frente o es acabado de sepultar. Solo logramos enseñar y conducir a otros por el camino correcto que es Cristo Jesús con la sabiduría que solo da el Espíritu Santo de Dios.
La iglesia de Jesucristo es una iglesia es diferente al mundo y jamás se dejas conducir por éste. La iglesia de Jesucristo no sigue ni seguirá la corriente de este mundo. Nadie que sea de la iglesia de Cristo sigue al mundo y sus deseos pecaminosos. Pero lamentablemente no todo el que visita una iglesia es de Cristo o para decirlo con la palabra del gran Maestro, no todo el que dice Señor, Señor es realmente discípulo de Cristo.
La iglesia pura existe. La iglesia que no se dejas llevar de las tradiciones ni celebraciones mundanales existe, no es un mito. Ella está viva en todo el globo terráqueo. Esa iglesia sigue sufriendo la investida de un mundo que la ve como un obstáculo, como una enemiga la cual hay que vencer. nunca habrá una reconciliación entre la iglesia y el mundo porque son diferentes, una es espiritual y la otra carnal. Todo aquel que pertenece a esa iglesia, tiene al mundo como su enemigo, no como su amigo. Jamas el mundo nos acepta como parte de ellos porque no lo somos ni lo seremos. Y la sencilla razón es que la iglesia es de Cristo y no somos parte del mundo. Esta iglesia es la iglesia que se va con Cristo, porque esta iglesia no tiene negocios ni compañerismo con este mundo. Esa es la iglesia de Cristo, la iglesia que no se dejas influenciar por los deseos mundanales.
Pastor Fermín Brito
fermin.minfer.brito
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